Filosofía y poder
Alguna vez te has cuestionado ¿de qué manera influyen
los mensajes que recibes a través de los medios de comunicación en tu forma de
pensar y de actuar? ¿Consideras que tienen poder para controlar a la sociedad? A continuación, podrás entender de qué manera las estructuras de poder
hacen uso de éstos, para moldear y dominar la vida social según sus intereses.
Max Weber es un sociólogo alemán que se ha ocupado de
estudiar el concepto de poder. Considera que desde el punto de vista
sociológico el término es amorfo, es decir, sin forma determinada o estructura
definida, por ello desde la perspectiva social, las estructuras de poder se
entienden como voluntades impuestas a otras.
La modernidad se ha caracterizado por legitimar sus
preceptos a través de la razón, en este sentido la política moderna se consagró
a través de la democracia y esta a su vez por medio de la burocracia, que no es
otra cosa más que la organización de su propia estructura y que le da una
fuerte estabilidad.
La modernidad (a través de la democracia) cobró
importancia en la medida que se estableció como un medio de represión a la
individualidad. Jacques Turgot (1727-1781) teórico del progreso considera que
“las leyes deben encadenar a los hombres, para encadenarlos hacia su
felicidad”. Esto mantiene a la gente “quieta y tranquila”, haciéndoles promesas
que fracasan, para darles alternativas de cambio que tendrán el mismo fin.
El miedo a la libertad Erich Fromm
Obra publicada en 1941, aborda el significado de la libertad para el hombre moderno.
Erich Fromm (1900-1980), identificaba en la
individualidad la “tendencia compulsiva hacia la sumisión y la dominación”. A
lo largo de la historia, el Estado ha utilizado diversas figuras para
fundamentar su poderío, por ejemplo en el siglo XVI se estableció la política
absolutista al proclamar “el derecho divino de reyes” donde se suponía que la
deidad (dios) del pueblo, otorgaba su poder a gobernar a los reyes, derivado de
esto ya en la modernidad el Estado elimina el poder espiritual para divinizar
el poder natural y se establece “el poder divino de los pueblos”. Este último
poder, da paso en la posmodernidad al Estado democrático y liberal, donde las
órdenes y símbolos externos de poder, se sustituyen por auto-convencimientos,
autocensuras y autorregulaciones sociales.
Lo anterior, da como resultado el surgimiento de una
nueva figura, la del individuo homogeneizado; este es el resultado de la
burocracia como mecanismo regulador al servicio de la política democrática y
del Estado, la cual se contrapone a la democracia libre, eliminando la vida
social, para propiciar que el sujeto pierda originalidad, volviéndolo igual a
la colectividad, esto recuerda a Heidegger al hablar de la existencia
inauténtica. De esta manera el Estado legítima su poder.
También aparece en el escenario la globalización, a fin de estandarizar los
sistemas políticos e implantar una “democratización universal”. Desde el
punto de vista del historiador británico Arnold Toynbee (1889-1975) se trata
del establecimiento del “Estado universal”, para terminar con cualquier
expresión de violencia entre los sujetos y lograr una “pacificación universal”.
La globalización es un fenómeno que impacta en todos los aspectos de la vida social.
Al mismo tiempo que se imponen las grandes estructuras
de poder y el individuo se vuelve cada vez más ajeno a la vida política, surge
la “opinión pública”, otro medio estandarizarte, regulador. Al no poder luchar
contra la voz de la masa, solo queda asumirla. Esto provoca que la política
adolezca de argumentos reales que conduzcan al análisis y la reflexión,
convirtiéndola en un juego de marketing demagógico, es decir los políticos
halagan de manera excesiva a los ciudadanos prometiéndoles dádivas y concesiones
para conseguir o mantenerse en el poder. Por lo tanto, esta demagogia se ve
coronada con el triunfo del abstencionismo y la apatía.
Los medios de comunicación, son el canal de difusión para ejercer el control a través de la opinión pública.
Ante esta realidad de sometimiento y disciplina, el
sociólogo y antropólogo contemporáneo Michel de Certeau (1925-1986) distingue
dos figuras: la producción y el consumo.
Por un lado, el Estado es el productor y administrador
de poder que crea espacios, los da a conocer bajo ciertos nombres y establece
quienes y como participan en él.
En el otro extremo se encuentran los consumidores,
aquellos que se resisten, la indisciplina, quienes dan forma a una realidad
diferente a la impuesta, quienes no siendo capaces de transformarla desde su
raíz, la ajustan a su propia condición, deformando las imposiciones de la
estructura.
Es así, como surgen nuevas formas de organización
social a través de las redes sociales, convirtiéndolos en verdaderos espacios
virtuales de convivencia, los cuales han tenido grandes alcances en corto
tiempo, pues representan un espacio poco restringido. Es probable que en un
futuro muy próximo sean el medio para alcanzar el cambio, logrando que el
sujeto haga conciencia y luche por una libertad real, fundamentada en sus
derechos y deberes como ciudadano y como ser humano.
Desafortunadamente el uso de redes también es con fines poco favorables para el bienestar social.
Etiquetas: Filosofía
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