Para entender mejor a la filosofia se deben de analizar sus características generales.
Características de la filosofía

Pregunta:

Tanto para la filosofía como la ciencia y la religión el cuestionarse de todo no es privilegio, sino una necesidad.
Esto se debe a que no hay mejor manera de descubrir el mundo si no es por medio de las preguntas y sus respuestas (aunque la mayoría de las veces la respuesta tenemos que descubrirla por nosotros mismos).
Un ejemplo es los niños que desde temprana edad no paran de preguntar por todo aquello que los rodea. Además, sus preguntas se distinguen por la pureza de sus pensamientos y la necesidad de conocimiento: -¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué las flores se llaman rosas si son rojas? ¿Por qué el mar es azul si el agua es transparente?
Pero mientras la ciencia se dedica a encontrar la respuesta a esas preguntas, la filosofía no busca otra cosa que el por qué se originó la pregunta misma, es decir, por que un niño (o en un adulto, en todo caso) surgió la idea de querer encontrar las respuestas.
Pero, ¿Cómo estar seguros de que es la respuesta correcta, que no hay otras explicaciones más coherentes que la que hemos encontrado o si es la verdad? Esta es la segunda característica que es la duda.

Duda:

La relación que el hombre tiene con el mundo que le rodea le provoca en ocasiones incertidumbre, inseguridad, indecisión o a veces confusión y en consecuencia surge la duda.
Por ejemplo, imagina que te dice un amigo: -Te llamaré más tarde- y todo lo que resta del día esperas su llamada. Si pudieras saber a qué hora te llamara no tendrías por qué estar pendiente del teléfono, si no que hasta la hora indicada; pero tienes la duda y estarás al pendiente. Aún peor, si no llama en todo el día por la tarde estarás pensando si aún llamara o que pasó.
De la misma manera, la filosofía lleva ese proceso.
La duda es una búsqueda incansable de qué se puede tomar como verdadero, sin dejar de cuestionarse, indagar y analizar las diferentes posibilidades del saber.
Lo anterior la separa del escepticismo.
Todo eso se debe a que la filosofía toma el pensamiento y el conocimiento como relativos, es decir, que no son absolutos y no se tiene la certeza o la verdad total de los hechos, al menos no sin antes reflexionarlos.
Esto es lo maravilloso de la filosofía, cuando crees tener la razón llega un argumento mejor del que tienes y descubres la pluralidad de las ideas y el pensamiento, jamás deja de sorprenderte.
Las cosas que no son o pasan como pensamos dan la siguiente característica: el asombro.

Asombro:

Desde las partículas de polvo que brillan entre los rayos del sol que se filtran por la ventana hasta ver por el telescopio galaxias a millones de años luz todo ello es sorprendente.
Esta es una de las características principales e la filosofía, de hecho es de donde se origina, puesto que la admiración hacia las cosas y asombrarse de ellas despertó en el hombre la necesidad de reflexionarlas.
Cuando estamos acostumbrados es imposible seguir teniendo la misma idea, las cosas cambian respecto a lo que nos sorprende, entonces filosofamos.
Por  ejemplo la primera vez que viste el mar o escuchaste una canción que hace que te despierta diferentes emociones, de igual manera la filosofía se asombra del mundo y se vuelve el motor para la misma, como cuando te asombras al ver que lograste algo del cual no te sentías capaz.
Sin embargo, en ocasiones permanecer en estado de epojé (suspensión del juicio), es decir, aunque te asombras no cambias el concepto que tienes de las cosas, ya que no intentas explicarlas, como el caso de los llamados milagros.
Así pues, es justo en el asombro cuando se tiene la oportunidad de crear conceptos (dar una visión general) y de hacer una crítica filosófica (tratar de comprender por qué se originó lo sucedido).
Por ejemplo: al ver crecer el frijol en una planta, la idea general del frijol como alimento cambia para darse cuenta que también es una semilla que puede dar vida. Pero, a todo esto ¿de qué se asombra la filosofía? ¿Cuál es su interés? ¿El mundo, el pensamiento o la realidad?
Para responder a estas cuestiones necesitas entender la visión totalizadora.

Visión totalizadora:

Aunque en la vida cotidiana te puedes dar cuenta de lo evidente que es la separación de los elementos que conforma el contexto en el que nos encontramos, para la filosofía, con una visión totalizadora, existe algo que une todos estos elementos.
Esto quiere decir que a la filosofía no le interesa investigar cómo se alimentan los animales o las plantas, los procesos de adaptación del medio ambiente o la formación de planetas y galaxias, más bien, lo importante para ella es qué los une; la realidad que comparte todos ellos, es decir su realidad o su ser.
Para ser específicos solo le interesa la estructura de la realidad y la existencia de los seres.